Este trabajo tiene cosas malas, pero una cosa buena es que no te aburres. Un día diseño, otro pinto, otro tengo que ir a pintar un mural, otro a dar un Obradoiro y otro te llaman y ¡pum! tienes que ir a montar una exposición. Esta, además, ha sido sorpresón y de los buenos.
Cuando me llamaron para exponer en la Casa de María Pita no podía decir que no. Fue todo con prisas, sin pensar, nervios, vértigo, estrés, pero ya está! El sitio es pequeñito y recogido, de piedra, y como es una de esas casas museo, da que pensar (me refiero al paso del tiempo y a qué queda de nosotros cuando nos vamos de este mundo). Un orgullo poder colgar un cuadro en donde vivió una mujer que hizo tanto.
Os dejo una pequeña muestra de lo que podéis ver en la exposición, y por supuesto os invito a ir a verla, y que me digáis que os ha parecido! Gracias a Rafael Magán por las fotos.
Leave A Reply